Todos nos hemos enfrentado por primera vez a un simulacro de examen y puede que haya sido una experiencia negativa por la tensión que supone, si ha sido así, no te preocupes que es lo que debe ser, no debemos olvidarnos que es un entrenamiento y en eso consiste, en contemplar la posibilidad de fallar para así aprender.

Imagina haber ido así al examen por primera vez.

Hay que quedarse siempre con lo positivo y esta vez no va a ser una excepción:

Nos ayuda a detectar y reforzar los puntos débiles

Un ejemplo que conocemos de primera mano: un amigo cuando exponía era realmente bueno, tono y ritmo de voz perfectos, realizando pausas para facilitar la comprensión, movimiento de manos sincronizados con el discurso, controlando el tema que estaba exponiendo, vamos una persona fácil de envidiar :P. El caso es que se sentía muy preparado porque manejaba los temas bastante bien y así lo demostraba cada vez que exponía. Cuál fue su decepción cuando realizó el primer simulacro de examen y se quedó en blanco porque no recordaba el hilo del tema que debía volcar en el examen.

Muchas veces creemos que controlamos los temas (y es verdad), pero cuando tenemos muchos temas y el examen es de desarrollo es fundamental tener esquemas para poder recordar el hilo de todos ellos. Su punto débil era que tenía que esquematizar para reestructurar los temas en su cabeza tanto para los repasos como para recordar el hilo. Y ¿cómo detectó ese punto débil? Haciendo un simulacro de examen.

Interiorizaremos la dinámica del examen

Ojalá los exámenes fueran sentarse, escupir toda la información,  levantarse e irse a casa. En el examen cuentan variantes que tenemos que tener controladas e interiorizadas, que debemos tener preparadas o buscando información y testimonios de antiguos opositores o que nos informe nuestro preparador, por enumerar algunos puntos:

– El momento perfecto para llegar al examen, ni demasiado pronto ni muy ajustado.

– Las preguntas aclaratorias que se le pueden hacer a los examinadores antes del examen.

– La primera impresión del examen, es importante leerte con detenimiento todo.

– A tener el material necesario el día del examen. Por ejemplo: puedes detectar que el bolígrafo que utilizas no te ayuda a escribir con la soltura que necesitas; llevar varios bolígrafos por si uno falla; llevar agua debido a la duración del examen, etc.

– A hacer el examen rodeado de más personas.

Pondremos en práctica estrategias que nos ayudarán a aprobar

Según la oposición y el examen, sea tipo test, desarrollo, psicotécnicos, casos prácticos, etc, existen estrategias, que seguro ya habrás puesto en práctica, que sirven para facilitarte la realización del examen.

Por ejemplo si es un examen tipo test una posible estrategia sería leer el examen completo y realizar marcas aclaratorias, leer todas las respuestas (ya que pueden ser preguntas trampas) a la hora de responder, no perder mucho tiempo en dudas,  hacer cuentas de cuantas repuestas puedes arriesgar, etc.

Si estás en academia o con un preparador te ayudará en este ámbito, si te estás preparando por tu cuenta sería aconsejable que te informes para prepararte lo mejor posible.

Aporta seguridad y autoestima

Piensa cuando has hecho algo por primera vez: la primera entrevista de trabajo, el primer día en un nuevo trabajo, de universidad, la primera exposición, etc. Lo habitual es estar nervioso, dormir regular la noche anterior, llegar demasiado pronto y tener que esperar (aumentando así los nervios), sentirse inseguros y demás sensaciones estresantes.

Pero una vez que lo hacemos una vez, la segunda ya es diferente. Algo ha cambiado, algo en ti ha cambiado. Ya has tenido un aprendizaje sobre qué se debe hacer o cómo suelen ser, porque lo has vivido y experimentado anteriormente. Por ello es fundamental hacer simulacros de examen, nos preparan para prever todo, nos entrenan para que el gran día estemos con tranquilidad y seguridad.

Aprenderemos a gestionar el tiempo

El examen tiene su tiempo justo, ni más ni menos, y tenemos que ajustarnos para que nos dé tiempo para poder realizarlo. La única forma que tenemos para conseguir ajustarnos al tiempo establecido es entrenar una y otra vez.

Supone una gran ventaja saber gestionar el tiempo del examen ya que podremos hacerlo completo, corregir, repasar y todo lo necesario para hacer el mejor examen que podamos hacer.

Nos ayuda a ser consciente de nuestro progreso

A medida que vamos haciendo más simulacros de examen, va incrementando la dificultad al ir incorporando más temas y nos vamos acercando a simulacros con todo el temario como si fuera el examen real. Esta práctica es muy importante y nos ayuda a ver nuestro propio progreso, a detectar aquellos temas que controlamos sin problemas, a aquellos puntos débiles que se han convertido en fortalezas, a como gestionamos el tiempo, al control de los nervios, etc.

Es un buen punto para recompensarnos con esas pequeñas cosas que nos gustan, pequeños estímulos que refuercen nuestro progreso y nos den un soplo de aire fresco al haber estado preparándonos de forma intensiva para el simulacro de examen.